Julio Alonso Arévalo posted: " "Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los quemaron, acaso temerosos de que las letras encubrieran blasfemia"
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El alma de las bibliotecas y Centros de documentación es el bibliotecario/a. El ha sido y es, el nexo entre el saber aquilatado, conservado y organizado en las nobles arquitecturas y la comunidad. Tiene responsabilidades, objetivos y obligaciones…pero esa alma corpórea es merecedora de los derechos que como Trabajador de la Información le corresponden; Este es nuestro desafió profesional: Construír a partir de nuestra propia identidad una organización genuina para los Bibliotecarios
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sábado, 17 de agosto de 2019
lunes, 9 de diciembre de 2013
El último domingo de octubre de 1983 / Por Jorge L. Borges
Yo escribí alguna vez que la democracia es un abuso de la
estadística; yo he recordado muchas veces aquel dictamen de Carlyle, que la
definió como el caos provisto de urnas electorales.
El 30 de octubre
de 1983, la democracia argentina me ha refutado espléndidamente. Esplendida y
asombrosamente
Mi Utopía sigue siendo un país, o todo el planeta, sin
estado o con un mínimo de estado, pero entiendo, no sin tristeza, que esa
Utopía es prematura y que todavía nos faltan algunos siglos. Cuando cada hombre
sea justo podremos prescindir de la justicia, de los códigos y de los
gobiernos. Por ahora son males necesarios.
Es casi una blasfemia pensar que lo que nos dio aquella
fecha es la victoria de un partido y la derrota de otro. Nos enfrentaba un caos
que, aquel día, tomó la decisión de ser un cosmos. Lo que fue una agonía puede
ser una resurrección.
La clara luz de la vigilia nos encandila un poco. Nadie
ignora las formas que asumió esa pesadilla obstinada. El horror público de las
bombas, el horror clandestino de los secuestros, de las torturas y de las
muertes, la ruina ética y económica, la corrupción, el hábito de la deshonra,
las bravatas, la más misteriosa, ya que no la más larga, de las guerras que
registra la Historia. Sé
harto bien que este catálogo es incompleto.
Tantos años de iniquidad o de complacencia nos han
manchado a todos. Tenemos que desandar un largo camino. Nuestra esperanza no
debe ser impaciente. Son muchos e intrincados los problemas que un Gobierno
puede ser incapaz de resolver.
Nos enfrentan arduas empresas y duros tiempos.
Asistiremos, increíblemente, a un extraño espectáculo. El
de un Gobierno que condesciende al diálogo, que puede confesar que se ha
equivocado, que prefiere la razón ala interjección, los argumentos a la mera
amenaza. Habrá una oposición. Renacerá en esta República esa olvidada
disciplina, la lógica. No estaremos a la merced de una bruma de generales.
La esperanza, que era casi imposible hace treinta
días, es ahora nuestro venturoso deber. Es un acto de fe que puede
justificarnos. Si cada uno de nosotros obra éticamente, contribuiremos a la
salvación de la patria
lunes, 13 de junio de 2011
Jorge Luis Borges : Presente..!!!
Al cumplirse veinticinco años de su paso a la inmortalidad recordamos a nuestro máximo exponente de las letras argentinas - JORGE LUIS BORGES- con el magnífico Poema de los Dones tan cercano a nuestra actividad profesional y que nos recuerda el entrañable afecto a nuestra biblioteca nacional en la cual el insigne escritor desempeñara durante casi 18 años el cargo de Director…
Poema de los Dones
Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
A unos ojos sin luz, que sólo pueden
Leer en las bibliotecas de los sueños
Los insensatos párrafos que ceden
Las albas a su afán. En vano el día
Les prodiga sus libros infinitos,
Arduos como los arduos manuscritos
Que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
Muere un rey entre fuentes y jardines;
Yo fatigo sin rumbo los confines
De esa alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
Y el Occidente, siglos, dinastías,
Símbolos, cosmos y cosmogonías
Brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
Exploro con el báculo indeciso,
Yo, que me figuraba el Paraíso
Bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
Con la palabra azar, rige estas cosas;
Otro ya recibió en otras borrosas
Tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
Suelo sentir con vago horror sagrado
Que soy el otro, el muerto, que habrá dado
Los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
De un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
Mundo que se deforma y que se apaga
En una pálida ceniza vaga
Que se parece al sueño y al olvido.
Jorge Luis Borges
sábado, 23 de octubre de 2010
Obras de Jorge L. Borges ordenada por orden de aparición y con sus tapas originales
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