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miércoles, 28 de julio de 2021

Cuba, INTERNET y la historia de siempre / Raúl Martínez Fazzalari

El deseo de libertad es la riqueza del hombre, y la lucha por su conquista ha tenido lugar desde los albores de la civilización. El respeto a la libre opinión, a la creación, al desplazamiento y a la no intromisión en las cuestiones personalísimas ha sido el arduo y sinuoso recorrido que el Derecho ha tenido que transitar para plasmar su reconocimiento, de forma tardía o temprana en sus cuerpos normativos.

La consagración de valores de respeto e igualdad sexual, de oportunidades o de acceso a la educación son solo algunos derechos que hoy nos parecen algo común. Derechos que para su consagración han debido sortear las negativas de intolerantes, de gobiernos autoritarios o grupos de interés a cambiar el statu quo.

La libertad como bien adquirido, que engloba a todos los derechos mencionados, no existe aún en algunos países. El gobierno de Cuba lo está demostrando. Antes de la caída del Muro de Berlín los mensajes que circulaban entre una y otra Alemania lo había derrumbado cientos de veces antes de su desaparición física. Internet y su imposibilidad de control está repitiendo la historia en la isla del Caribe.

A los gobiernos les sigue costando entender que las normas dictadas para un mundo físico son difíciles, cuando no imposibles de aplicar en ámbitos virtuales. Las dictaduras parecen comprenderlo menos aún.

El gobierno de Cuba ha podido controlar los medios de información tradicionales durante décadas; en cambio, una protesta surgida en una ciudad a solo 30 kilómetros de la capital se escapó de las manos. Así lo demuestran, los mensajes trasmitidos por Internet que sortean los intentos de censurar aquellos que cuentan, relatan o transmiten noticias en ese país.

Los rebeldes, para utilizar el mismo término de aquellos que tomaron el poder hace más de 50 años, parecen valerse de las herramientas de la comunicación para saltar la censura.

Ante el intento de cortar Internet por parte del gobierno cubano, han surgido medios alternativos, aplicaciones y conexión gratis a wifi que lo han permitido. Programas de software que por fuera de las tiendas de descargas posibilitan pasar por alto a la empresa estatal de comunicaciones y enviar videos, fotos o comentarios al mundo entero. Los mensajes saltan el muro y la distancia física para darse a conocer. La historia se repite.

En su libro The Game, Alessandro Baricco plantea el concepto de la insurrección digital donde explica que desde la tecnología se arrebata el poder que estaba en manos de las elites. Ese poder es golpeado desde el siglo XX, no logrando destruirlo ni hacerlo desaparecer, tampoco lo simplifica ni lo banaliza, simplemente lo deja expuesto sobre la superficie del mundo.

Lo que está sucediendo en Cuba demuestra que los gobiernos dictatoriales pretenden inútilmente cambiar la naturaleza de las personas lo que constituye una sin razón, y estamos asistiendo a la clara demostración que son los instrumentos de la gente, celulares, cámaras y redes sociales las que están cambiando a aquellos que los quieren modificar o controlar.

La batalla en donde los valores de libertad, determinación y elección están en juego las armas que han tomado son servidores, redes sociales, satélites o teléfonos inteligentes. En la Unión Soviética a los libros que circulaban de forma clandestina se los conocían como samizdat, hoy podríamosllamarlos Internet.

Raúl Martínez Fazzalari es Profesor Titular de Derecho de nuevas tecnologías. UCES

viernes, 16 de julio de 2021

“Bloqueo”, la muletilla preferida de los defensores del régimen cubano **

 


No es eso lo que sufre la isla por parte de EE.UU., sino un embargo; luego de 62 años del ascenso al poder de Castro, Alberto Fernández aún no logra desentrañar lo que allí sucede

Luego de 62 años del ascenso al poder de Fidel Castro, Alberto Fernández aún no logra desentrañar lo que sucede en la isla. Es curioso que el mandatario, que suele hacer declaraciones filosas sobre casos de uso legal de la fuerza y de violencia institucional en países democráticos como Chile o Colombia, no pueda formarse una opinión respecto de las flagrantes violaciones de los derechos humanos en Venezuela, Nicaragua y Cuba. Reciente converso y férreo defensor de la teoría del lawfare, tampoco hizo comentarios respecto de la persecución a las principales figuras de la oposición boliviana, incluida la expresidenta Jeanine Áñez, que lleva cuatro meses en prisión.

A pesar de su confeso desconocimiento, Fernández siguió una vez más los lineamientos de su colega Andrés Manuel López Obrador, que, ratificando la tradición mexicana de no intervenir en los asuntos internos de otros países (y de peculiar condescendencia con el régimen castrista) exigió el fin del denominado “bloqueo”: una muletilla marketinera de quienes apoyan al régimen castrista y son críticos de la postura norteamericana. Lo que sufre Cuba es un embargo por parte de EE.UU., de ninguna manera un bloqueo. Según el diccionario de la Real Academia Española, “embargar” significa prohibir, por decreto de un gobierno, el comercio y el transporte de armas u otros efectos útiles para la guerra; “bloquear” implica realizar una operación militar o naval consistente en cortar comunicaciones de un puerto, un territorio o un ejército.

Desde 1992, con el fin de la Guerra Fría, la Asamblea General de las Naciones Unidas se pronuncia de forma abrumadora en contra del embargo impuesto sobre la isla –la última vez, el 9 de junio pasado–. Es cierto que la traducción al español del documento oficial utiliza, erróneamente, “bloqueo”, pero EE.UU. impone sanciones comerciales y financieras que implican que personas físicas o jurídicas norteamericanas están impedidas de interactuar con pares cubanos.

La medida fue impuesta por la administración Eisenhower al ya debilitado dictador Fulgencio Batista con foco en la venta de armas a mediados de 1958, en señal de apoyo a los jóvenes barbudos que lo desafiaban. Luego del triunfo castrista se profundizó debido a una serie de expropiaciones sin compensaciones que afectaron a empresas norteamericanas, lo que derivó en su extensión al petróleo. El gobierno revolucionario decidió importarlo de la URSS y confiscó las refinerías, de propietarios norteamericanos, que se negaban a procesarlo para no violar las sanciones impuestas por Washington. El conflicto escaló en el contexto de la confrontación este/oeste hasta incluir dos episodios de enorme relevancia: la frustrada invasión a Bahía de los Cochinos (abril de 1961, con JFK en el poder) y la “Crisis de los misiles” (octubre de 1962), en la que hubo desplazamiento de naves durante unas dos semanas.

En febrero de ese año el embargo se había ampliado significativamente. A partir de julio de 1963 se prohibieron los viajes de estadounidenses a la isla. En 1966, Lyndon Johnson facilitó el asilo de cubanos en los EE.UU. Se estima que en los últimos 62 años, 1,4 millones de isleños se convirtieron en residentes legales con rápido acceso a la ciudadanía. Junto con sus descendientes y familiares, conforman una comunidad de enorme influencia económica, política y cultural, fundamentalmente en Florida, un swing state clave que aporta 29 votos al colegio electoral. Durante la administración Carter, luego de un intento fallido de distensión con el régimen castrista, la crisis de los “Marielitos” fue determinante para el apabullante triunfo de Reagan. Poco después, EE. UU .designó a Cuba como un Estado que apoyaba el terrorismo, por su involucramiento directo en el entrenamiento y financiamiento de grupos guerrilleros en países como Angola, El Salvador, Guatemala o Nicaragua.

Tras el colapso de la URSS, muchos asumieron una caída inminente del régimen castrista, lo que derivó en un refuerzo del embargo en 1992 (con el Cuban Democracy Act) por parte de George Bush, que ganó en Florida en diciembre de ese año por muy escaso margen en los comicios en los que Clinton fue ungido presidente. El flujo de refugiados aumentó durante el “período especial”, la crisis que puso en evidencia la dependencia que la economía cubana tenía respecto de la URSS. En 1996, la polémica ley Helms-Burton pretendió profundizarlo, impidiendo a empresas de terceros países que mantuvieran vínculos con la isla hacer negocios con pares de EE.UU., lo que generó tensiones con aliados y tuvo poco impacto real, a tal punto que Canadá, integrante del Nafta, es el principal socio comercial de Cuba. A comienzos de siglo, Hugo Chávez se alió con los Castro, reemplazando parcialmente el papel que habían jugado los soviéticos y revitalizando las ideas antiimperialistas y antinorteamericanas en el contexto del socialismo del siglo XXI.

A poco de asumir en 2009, Obama pretendió reinventar las relaciones bilaterales, mitigando las restricciones a los viajes y a las transferencias de dinero a familiares. Y abogó para que la OEA, que la había expulsado en 1962, invitara a Cuba a reingresar, pero este país declinó, incapaz de cumplir con los requisitos de la Carta Democrática que rige en la organización, apostando por mecanismos de integración regional alternativos, como la Celac. En 2014, ambos países anunciaron el restablecimiento pleno de relaciones diplomáticas y al año siguiente Cuba fue eliminada de la lista de promotores del terrorismo y se reabrieron las embajadas. En 2016, Obama hizo una histórica visita antes de venir a Buenos Aires y firmó un acuerdo para permitir vuelos comerciales por primera vez en medio siglo. El triunfo de Trump, que venció en Florida a Hillary Clinton, reimpuso restricciones hasta que Cuba liberase a los presos políticos, legalizara a los partidos opositores, honrase la libertad de expresión y convocara a elecciones libres. Esto provocó lo contrario: un reforzamiento de los mecanismos represivos en un contexto de honda crisis económica y social, agravada por el fracaso del chavismo.

Los demócratas parecen haber aprendido la lección: la administración Biden, al igual que la Unión Europea, instó a Díaz-Canel a que respete el derecho de la población a expresarse libremente. Pero las notables movilizaciones en Miami, donde el miércoles hubo más de 15.000 personas, representan un desafío mayúsculo. El senador Marco Rubio, que buscará su reelección el año próximo, prometió satélites para que los cubanos puedan acceder a internet y continuar así comunicándose y mostrándole al mundo las atrocidades cotidianas que el régimen comete a diario. EE.UU. vende alimentos y medicamentos equivalentes a 200 millones de dólares mensuales, pero exige el pago en efectivo. El embargo continúa: en Cuba el comercio exterior es monopolizado por el Estado, cuyos burócratas se apropian de los recursos para sojuzgar a la población. En particular, por dos individuos: Alejandro Castro Espin, quien maneja además a las FF.AA., y Luis Alberto López Callejas, titular de la empresa Gaesa, hijo y yerno de Raúl Castro, respectivamente.

Fernández cae en una nueva contradicción al condenar las sanciones a Cuba mientras unilateralmente limita las exportaciones de carne y las importaciones de miles de productos por la escasez de divisas; encima pretende que el Mercosur acompañe ese intervencionismo extremo, a pesar de las preferencias del resto de sus integrantes. Más grave es que el Presidente empañe aún más el compromiso del país con los derechos humanos, el principal logro en estos complejos 38 años de vida democrática.

** (c) Sergio Berensztein


sábado, 29 de diciembre de 2018

Diez anacronismos que perviven en el último país comunista de América




La Habana, 28 dic (EFE).- Cuba, el último país comunista de América Latina, sorprende al visitante con pintorescas estampas que muestran una isla congelada en el tiempo y unos usos y costumbres desaparecidos hace décadas en la mayor parte del mundo:
.- La libreta de abastecimiento: Quizá el mayor quebradero de cabeza del Gobierno cubano por su alto costo, en la isla se mantiene este vestigio de tiempos bélicos por el que la población recibe cada mes a precios testimoniales una -cada vez menor- cuota de alimentos básicos como arroz, aceite y huevos. Este subsidio es aún imprescindible para los sectores más pobres del país.
.- Los Comités de Defensa de la Revolución: Los "CDR" son organismos presentes en cada barrio creados en 1960 como sistema de vigilancia colectiva por Fidel Castro, quien los llamó "los ojos y oídos de la Revolución". En la actualidad cumplen también labores sociales y de defensa civil en caso de desastres, aunque para los detractores del sistema siguen siendo meros centros de delación.
.- El voto a mano alzada: En las elecciones municipales, los delegados del poder popular (concejales) son elegidos en cada barrio a mano alzada por sus vecinos. Según el Gobierno cubano, este sistema ilustra la representatividad democrática del sistema, pero son contadas las ocasiones en que ha logrado ser elegido un candidato independiente.
.- La rendición de cuentas: Aunque existe en la mayoría de las instituciones cubanas, la "rendición" más vistosa está ligada a lo anterior. Al final de su gestión, cada delegado popular debe rendir cuentas a sus representados en una asamblea en la que también recibe, a menudo acaloradas y socarronas, las quejas de sus vecinos sobre los problemas más variopintos.
.- Los desfiles del "pueblo combatiente": En fechas "revolucionarias" señaladas como el primero de mayo los cubanos están llamados a participar en multitudinarios desfiles para mostrar a propios y extraños la unidad popular, aunque lejos de las disciplinadas estampas militares de otras latitudes estos actos acaban a ritmo de conga caribeña.
.- La iconografía revolucionaria: Las grandes vallas y pancartas con consignas revolucionarias e imágenes del guerrillero cubano-argentino Ernesto "Che" Guevara, Fidel Castro y su hermano Raúl Castro llenan aún calles y edificios en todo el país. Una costumbre mantenida casi intacta en casi sesenta años de una Revolución que inspiró su propio movimiento gráfico.
.- Los pioneritos: Como hace casi seis décadas, los escolares cubanos siguen usando uniformes con pañoletas, que cambian de azul a rojo en fechas señaladas del calendario revolucionario para simbolizar su pase a los grados superiores de la enseñanza primaria. El saludo casi militar de "Pioneros por el comunismo, seremos como el Che" todavía cierra a coro las diarias reuniones matutinas en cada escuela del país.
.- El funcionamiento "analógico": A diferencia del resto del mundo, en Cuba las transacciones con dinero en efectivo todavía son la regla y la inmensa mayoría de los trámites se hacen de forma presencial. Los cubanos dicen en broma que hacer "colas" (filas) es el "deporte nacional", costumbre que sin embargo podría desaparecer en un futuro cercano debido al cada vez mayor acceso de los cubanos a internet y los esfuerzos del Gobierno por digitalizar sus servicios.
.- Clases de marxismo y leninismo en las escuelas: Desaparecida como asignatura en Rusia con el derrumbe de la Unión Soviética, donde surgió como base teórica para la "construcción del socialismo", la filosofía marxista-leninista aún se enseña dentro del currículo de las enseñanzas media y superior en Cuba, donde se ofrece entre las opciones de licenciaturas en las principales universidades del país.
.- El parque móvil: Los modelos de coche soviéticos de las marcas Lada y Moskvich y los "almendrones" estadounidenses de los 50 y 60 que aún ruedan por las calles de Cuba están entre los principales reclamos de los viajeros que buscan conocer una "isla detenida en el tiempo". Más que un objeto de colección, para los cubanos representan un medio para ganarse la vida o una manera de sortear el colapsado transporte público.

domingo, 3 de abril de 2016

Los Castro, aliados de Videla....

En 1976 FIDEL CASTRO ABANDONÓ al HERMANO del "CHE" GUEVARA MIENTRAS EL VATICANO pedía por él

Juan Martín Guevara fue detenido al volver de Cuba. Los Castro, aliados de Videla, no movieron un dedo por él. En cambio el nuncio Pío Laghi, delegado papal, intercedió ante el general Harguindeguy

"Ir por lana y salir trasquilado". Es el refrán que viene a la mente cuando se piensa en la intencionalidad de quienes reclaman a gritos la desclasificación de archivos de la Santa Sede con el claro propósito de instalar la sospecha de complicidad con la represión ilegal.

Pero el reclamo de aperturas y desclasificaciones, insistentemente formulado por notorios representantes y voceros de las ONG de derechos humanos, está por fin siendo escuchado. Y no queda claro que se trate de una buena noticia para el relato setentista. El resultado amenaza con no ser en absoluto concurrente con la lectura en boga en estos años acerca de lo que fue el Proceso y de quiénes fueron sus valedores internos y externos.
Juan Martín Guevara de la Serna, nacido en 1943, es el hermano menor de Ernesto Guevara. En el año 1974, decidió mudarse a La Habana con su esposa e hijos. Tiempo después regresó a la Argentina, solo.

Su hijo mayor, Martín Guevara, cuenta en un libro autobiográfico el dolor que sintió al enterarse un día en La Habana de que su padre estaba preso a miles de kilómetros de distancia. Tenía por entonces doce años. Un día, tuvo la oportunidad de ver a Fidel Castro. Lleno de ilusión, le pidió a quien entonces veía tan poderoso como un Papá Noel, que hiciera algo para sacar a su padre de prisión. Fidel le dijo que sí y Martín se sintió feliz y esperanzado.

Pero Fidel Castro no sólo no reclamó jamás la liberación de Juan Martín Guevara sino que fue un aliado activo de la dictadura de Jorge Videla, por la simple razón de que se lo ordenaron los soviéticos.

En la Cuba de aquellos años, no se llamaba dictadura al régimen argentino. La versión oficial -la única, como en todo régimen totalitario- era que en el país del Che todo estaba de maravillas.
La Junta Militar que el 24 de marzo de 1976 derrocó al gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón se convirtió en principal proveedora de cereales a la Unión Soviética; esa asociación económica, que se volvió vital para Moscú cuando en 1979 Estados Unidos decretó un embargo por la invasión a Afganistán, fue transmitida a todos los países satélites de la Unión Soviética, incluida Cuba.
Martín Guevara padeció ese alineamiento en carne propia. Fidel no aprovechó la sociedad con Videla para hacer liberar a su padre. Pero además, en la escuela cubana, sus compañeritos de clase no entendían por qué estaba exiliado de un país en el cual no pasaba nada.

-Porque hay dictadura -les explicaba él.
-No puede ser. ¿En tu país? No pasa nada.

"Mis amigos –contaría Martín Guevara años después- no sabían por qué estábamos exiliados en Cuba y lo dudaban cuando yo se los explicaba. Daba la sensación de que no teníamos (en Argentina) un gobierno lo suficientemente malo como para exiliarnos, ni como para que mi padre estuviese preso ocho años y medio, ni como para que hubiese más que el doble de la cantidad de muertos que en Chile".

No sólo el niño que era Martín sufría por esta situación: "Vi lágrimas en los ojos de hombres duros –recordó también-, de militantes de organizaciones de izquierda argentinas, que estaban en Cuba, aceptando las migajas de un exilio en absoluto silencio. Lágrimas cuando, al esperar una declaración en el tribunal de la ONU por los derechos humanos, Fidel a través de sus enviados, bajo apercibimiento de la URSS, calló, haciéndose cómplice histórico de semejante villanía".

Cada vez que el tema de la sistemática violación de los derechos humanos en la Argentina era evocado en Naciones Unidas –es decir, todos los años- para debatir si se enviaba o no una comisión de inspección, La Habana votaba en contra y se ocupaba además de conseguir otros apoyos para la dictadura argentina entre los demás países miembros del grupo llamado de No Alineados. Moscú fue de este modo el principal sostén internacional de la dictadura de Videla y Cuba la ejecutora de ese respaldo.

Eso explica que Fidel, en sus interminables discursos de cada 1ª de enero –aniversario de la Revolución Cubana-, al llegar el capítulo internacional, momento en que hacía el panegírico de la lucha de los pueblos del mundo contra la opresión imperialista, condenaba a todas las dictaduras que rodeaban a la Argentina –Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil, Bolivia- sin mencionar jamás a la Patria de quien según él había sido uno de sus mejores amigos, el Che.
"El gobierno de la URSS -decía Martín Guevara-, sin reparar demasiado en los miles de militantes de izquierdas que se encontraban en campos de concentración, torturados salvajemente y luego arrojados desde aviones al Río de La Plata, manda a colocar la medalla de Lenin en la pechera de altos mandos militares argentinos, por contribuir a la causa de la Patria de los proletarios".
Todo esto no impide que los mismos sectores –fuerzas progresistas y familiares de desaparecidos- que consideraron ofensiva la presencia de Barack Obama en el país en el aniversario del golpe, hayan viajado durante todos estos años a Cuba para fotografiarse con Fidel Castro.
Ahora llega desde Roma la noticia de que el hermano del Che Guevara figura en las listas que Pío Laghi, representante del Vaticano en la Argentina durante los años de la dictadura, presentó alguna vez al general Albano Harguindeguy, ministro del Interior de Videla, intercediendo por él y por esos otros prisioneros políticos.

Como alguna vez el propio cardenal Jorge Bergoglio, también Pío Laghi (fallecido en enero de 2009) fue blanco de las sospechas y acusaciones de los sobrevivientes de las organizaciones armadas hoy reciclados como luchadores por los derechos humanos que, sin el menor atisbo de autocrítica por su propia contribución al golpe y a la masacre de sus camaradas, se dedican a señalar supuestas complicidades de todas las instituciones con las que por ideología no comulgan, a la vez que hacen silencio sobre la responsabilidad de sus aliados

El listado presentado por Pío Laghi figura en los archivos vaticanos con el nº Nº 1510/76, tiene fecha del 13 de agosto de 1976 e incluye a personas que se encontraban detenidas en distintas cárceles del país, como Villa Devoto, Coronda, Mercedes, Resistencia, Sierra Chica y La Plata.

Además de Juan Martín Guevara, entonces de 32 años, Pío Laghi también pedía a las autoridades por la suerte de un sacerdote, Elías Musse, de Jorge Vázquez, diplomático y ex funcionario del gobierno depuesto, de varios científicos y técnicos de la Comisión de Energía Atómica detenidos el 28 de marzo de 1976, entre otros.
Si bien la gestión no tuvo como resultado la liberación de Guevara, que dejará la cárcel recién en 1983, hay una cosa cierta: los prisioneros por los cuales había interés de gobiernos o entidades extranjeras tenían más chances de no pasarla tan mal; por ejemplo, de no ser retirados clandestinamente de una prisión y fusilados en un simulacro de fuga, como sucedió en tantos casos.

Los archivos desclasificados vienen con sorpresas. Cabe esperar que quienes hoy exigen a voz en cuello poder acceder a esos archivos, tengan la honestidad intelectual de retractarse cuando los documentos contradigan su relato.

Fuerte; http://www.infobae.com/2016/04/03/1801088-en-1976-fidel-castro-abandono-al-hermano-del-che-guevara-mientras-el-vaticano-pedia-el

lunes, 30 de marzo de 2015

Realizan encuentro de bibliotecarios independientes [CUBA]

Se informó que los días 19 y 20, la Red de Bibliotecas Cívicas Comunitarias celebrará el Primer taller de Derechos Humanos, en los predios de la sede de Estado de Sats
Ayer martes 17 de marzo, a las 2 de la tarde, en la Biblioteca Cívica Comunitaria Juan Francisco Manzano, Jaimanitas, se realizó un encuentro cultural comunitario, bajo la vigilancia de agentes de la Seguridad del Estado.
La actividad contó entre sus propuestas con una exposición de cuadros de pintores del barrio que trabajan ligados a la biblioteca. También se llevó a cabo un conversatorio sobre el libro Otra grieta en la pared, escrito por el periodista argentino Fernando J. Ruiz, que es un Informe Testimonio sobre la Nueva Prensa cubana y la concertación de mecanismos de trabajo de la Red de Bibliotecas Cívicas con otras plataformas políticas y culturales de la Sociedad Civil. Pero debido al cierre policial efectuado alrededor del lugar, solo llegaron al sitio de reunión los cuatros Coordinadores Nacionales de la Red, el activista Antonio Rodiles, coordinador del proyecto Estado de Sats, y uno de los artistas de la comunidad.
La exposición pudo realizarse con éxito, pues los cuadros fueron trasladados a la biblioteca desde la noche anterior. Los Coordinadores Nacionales, Alejandro García, Nuria de la Caridad de la Vega, Adalberto Blanco y Yunia Figueredo, aprovecharon la ocasión para discutir temas del trabajo de las bibliotecas y la colaboración que en este momento les brinda el espacio Estado de Sats, necesario para levantar el trabajo de este frente importante de la Sociedad Civil.
Se informó que los días 19 y 20, la Red de Bibliotecas Cívicas Comunitarias celebrará el Primer taller de Derechos Humanos, en los predios de la sede de Estado de Sats. Durante el encuentro se recibieron llamadas telefónicas de bibliotecarios que anunciaban su arribo a la capital. Éstos se alojarán en las viviendas de los coordinadores. Se aprovechó la ocasión para reconocer insuficiencias históricas en el trabajo de la Red y se destacó además el papel del nuevo ejecutivo, colegiado por cuatro coordinadores nacionales, el cual deberá elevar la eficiencia en su labor, para cumplir con el verdadero papel de las bibliotecas independientes: llegar a la comunidad, al barrio.


lunes, 12 de enero de 2015

Un fanatismo de moda impone dogmas y castiga debates… / Julio Bárbaro



Nos duele lo de París, lastima esa demencia que no podemos entender, ese fanatismo que intenta imponer una forma de pensar, o mejor dicho, eliminar a los que piensan distinto. Y a nosotros, en especial, nos mueve a recorrer un pasado donde la violencia era un hecho cotidiano. Los vientos de la época que ayer llevaron a muchos a pensar que la violencia era un camino hacia la justicia, y hoy nos marca aquel terrorismo como una forma distante de otra cultura. La violencia contra las dictaduras se explica y justifica como una reacción lógica y en la misma medida cuando la guerrilla siguió actuando en plena democracia, merece y debe ser condenada.

Un fanatismo de moda impone dogmas y castiga debates. La supuesta teoría de los dos demonios daba por hecho que, siendo genocida la dictadura, no se podía discutir el lugar de la víctima, no se podía poner en tela de juicio a la guerrilla. La coincidencia lleva al acercamiento actual entre Cuba y los Estados Unidos y muchos -demasiados- de los que reivindican a Fidel Castro dejan de lado los años de la intención de exportar la revolución al resto del continente. Miles de jóvenes recibieron entrenamiento en la isla, miles de vidas se perdieron en una guerra absurda que no tuvo la menor posibilidad de triunfar en ninguno de los países donde se la intentó.

Cuba terminó en una dictadura que exportaba violencia. Cuando hoy escucho a tantos hablar del heroico pueblo que enfrentó al imperialismo, no tengo duda de que quienes festejan la confrontación dejan de lado o ignoran cómo la pasó el pueblo cubano o a qué costos se produjo y exportó esa revolución. Una cosa digna es enfrentar al imperialismo; otra, es justificar una dictadura a partir de esa confrontación y divulgar violencia para multiplicar la experiencia, y fracasar en todos los casos.

Viajé varias veces a Cuba, pude ver y vivir la evolución de ese proceso, la forma en que se iba perdiendo la mística a la par que se imponía la burocracia. Y en todos los hoteles se acercaba un funcionario a explicar que era necesario pagarles para transgredir las normas, al principio me irritaban y luego fui comprobando que era parte del sistema. Hablé con muchos cubanos que participaban del sueño revolucionario (nunca soporté Miami ni sus adictos), puedo decir que de Cuba me dolió y mucho su fracaso. Claro que peor que eso hubiera sido negarlo…

Ahora todos somos parte de Occidente, la violencia se asoma en otros mundos donde la religión sustituyó a la ideología, si es que uno olvida que las ideologías eran ateas pero se las vivía como si fueran una religión. Asombra ver que otros matan en sociedades donde lo que no se discute es la libertad. Y me parece absurdo que para ser de izquierda en nuestras tierras haya que hacer silencio sobre la dictadura de Castro y sobre los miles de muertos por expandir una revolución que ni siquiera tuvo éxito en su propia tierra. Y aclaro que conociendo Cuba uno entiende que la burocracia y la dictadura fueron para ese pueblo mucho más nefastas que el bloqueo del Imperio.

Se me ocurre que condenar a la distancia es más fácil que revisar un pasado cercano del que alguno de nosotros fuimos protagonistas. La barbarie que hoy vemos en religiones y fanatismos lejanos fue no hace tanto parte de nuestra realidad. Y sin duda hasta el momento no la analizamos con grandeza y sin resentimientos, con la distancia que necesitan nuestros hijos.

Cuando desarrollaban la guerrilla fuimos muchos los que les dijimos que ése era el camino equivocado. Resulta absurdo que la derrota largamente anunciada no conceda siquiera el derecho a discutir esos tiempos. Y lo que es peor, que se use ese pasado equivocado para lastimar hoy a la democracia que supimos conseguir. Hay muchos que no eran democráticos ayer cuando reivindicaban a Cuba y la guerrilla y tampoco lo son hoy cuando intentan deformar esa memoria. Muchos que ayer ejercían la violencia armada y algunos de esos que hoy la limitaron al daño de la palabra. Tiene de bueno que ya no lastiman a nadie, ya sólo se hacen daño a sí mismos.

Fuente: http://opinion.infobae.com/julio-barbaro/2015/01/11/terrorismos-y-barbaries/


jueves, 18 de diciembre de 2014

El PAPA celebró la reanudación de relaciones entre EE.UU. y CUBA



Obama y Castro le agradecen al Papa por el acercamiento
Los mandatarios destacaron la ayuda del Sumo Pontífice, quien les escribió para fomentar el diálogo y que poner fin a sus frías relaciones.
El histórico acercamiento entre Cuba y Estados Unidos tras el diálogo entre el presidente Barack Obama y el presidente cubano Raúl Castro sobre la normalización de las relaciones diplomáticas plenas entre los ambos países, tuvo un mediador clave: El Papa Francisco.

Obama aseguró esta tarde: "Vamos a seguir apoyando a la sociedad civil en Cuba. Agradezco el apoyo del papa Francisco" y adelantó que pidió hoy al Congreso de su país que inicie un debate "honesto" y "serio" sobre la suspensión del embargo económico unilateral sobre Cuba.

A su vez, el presidente estadounidense reivindicó el rol de Francisco y llamó al mundo a imitar su acción:"Su ejemplo moral sirve para mostrar un mundo que debe ser en vez de un mundo que es", aseguró.

Desde la Casa Blanca se comentó que el Sumo Pontífice le envió una carta considerada "extraordinaria" a  Obama y a Castro, a fin de pedirles que terminaran con sus "frías relaciones" y que es fue "un empuje mucho mayor y necesario para avanzar" con las negociaciones.

El presidente de Cuba, Raúl Castro, también agradeció el apoyo del Vaticano, "y en particular del papa Francisco", en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos que se resolvió, aunque "esto no quiere decir que el principal problema se haya solucionado, el bloqueo debe cesar", dijo.
Según informa Telam, el mandatario cubano también agradeció al gobierno de Canadá "por las facilidades creadas" para llevar adelante las negociaciones y exhortó al gobierno de los Estados Unidos "a remover los obstáculos que restringen las comunicaciones ante nuestros pueblos, en particular los viajes y los correos".

Antagonistas durante muchos años, las dos naciones rompieron relaciones diplomáticas formales en 1961.

Vaticano. Minutos después de que los mandatarios agradecieran el apoyo del pontífice, desde la Santa Sede, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, informó mediante un comunicado que el papa Francisco está “complacido vividamente” por el anuncio del restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, "con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia".

Fuente: http://www.perfil.com/internacional/Obama-y-Castro-le-agradecen-al-Papa-por-el-acercamiento-20141217-0034.html

domingo, 2 de noviembre de 2014

Fue CUBA (Libro) una documentada y polémica mirada de los años setenta


Una investigación exhaustiva sobre la infiltración castrista

En el flamante "Fue Cuba", el escritor y ex funcionario menemista Tata Yofre examina los vínculos entre La Habana y los movimientos guerrilleros de los 70. Infobae publica el prólogo del explosivo libro
La escena se llevó a cabo el 16 de marzo de 1976. Faltaba una semana para que cayera en la Argentina el período constitucional que había nacido el 25 de mayo de 1973, tras el estruendoso fracaso del gobierno militar que había depuesto al presidente Arturo Umberto Illia en 1966. Esa noche, la sociedad escuchó atentamente al líder de la oposición fijar su postura ante lo que sostenía la calle que estaba próximo: un nuevo golpe militar. Se prendieron las luces de las cámaras de televisión y Ricardo Balbín comenzó a hablar con su estilo alambicado y poético.

Era un intento vano por frenar lo irreparable, y en un momento se preguntó, nos preguntó: "Ahí está la guerrilla —¿por qué vino y quién la trajo?— poniendo al país en peligro y encendiendo una mecha en el continente americano. Nadie se preocupa de eso. Pero para la construcción por la violencia de la Argentina, la guerrilla intensificada en el país pasa las fronteras. Y puede llegar el día en que, sin querer o queriendo, encuentre convulsionado su país, amenazada su República".

Avalando sus palabras, al día siguiente, salía el primer ejemplar del vespertino La Tarde, bajo la dirección del joven Héctor Timerman, con un titulo de tapa a varias columnas: "Argentina hoy: bombas, secuestros y carestía". Días más tarde, el mismo diario título: "Un récord que duele: cada 5 horas asesinan a un argentino."

"La guerrilla" era la cuestión. No toda, pero sí en gran medida la excusa para lo que estaba por venir. "Cuanto peor mejor", sostenía el líder de la organización Montoneros. "A las armas", clamaba un jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo. Todos empujaban al país hacia el vacío. Y las Fuerzas Armadas ya habían tomado la decisión de derrocar al gobierno constitucional unos meses antes.

Parecía difícil imaginar como Balbín ignoraba la génesis de la guerrilla. El fenómeno armado, en América Latina y la Argentina en particular, había comenzado varios años antes. Fue en Cuba cuando los nuevos dueños del poder decidieron exportar su revolución. Que no era una revolución liberadora de las dictaduras existentes, sino marxista-leninista. No son simples suposiciones. En este libro están varios de los documentos inéditos que lo demuestran. Son los que surgen del archivo del antiguo Ministerio del Interior de Checoslovaquia, con mas de 10.000 folios, de los cuales elegí algunos de los mas emblemáticos.

El comienzo de todo este proceso se remonta a tiempos anteriores a la llegada de Fidel Castro al poder, en la primera semana de enero de 1959. Hay un trabajo previo muy bien llevado entre el Kremlin, los comunistas cubanos enrolados en el Partido Socialista Popular y el cuartel del Movimiento 26 de Julio, de Fidel y Raúl Castro con Ernesto Guevara de la Serna. Con el paso de las semanas, una vez asidos al poder, establecieron un gobierno en las sombras que preparó la futura dictadura comunista. Contaban a su favor con el efecto sorpresa y la ignorancia de las capas directivas de la isla.

Esa fue la primera estafa. Luego llego el segundo engaño. Promocionar su movimiento "liberador" en los países de Hispanoamérica, con la ayuda de un gran aparato propagandístico y la complicidad de brillantes intelectuales. Vendedores de mercadería falsa. En mal estado.
En el plano general, la expansión castrista se desarrolló bajo la indolencia de las dirigencias de América Latina y, especialmente, de los Estados Unidos de América. En plena Guerra Fría, en un clima de pachanga, se estacionó un portaviones soviético a 90 millas de sus costas y cuando tomaron conciencia del error ya era tarde. En la Argentina la infiltración fue un éxito. Quizá el mayor logro político del gobierno castrista. Colarse entre las fisuras y los resquebrajamientos de su sociedad, cuya dirigencia no tenía respuestas, en especial, de que hacer con el peronismo después de 1955.

Aunque parezca exótico traerlo a colación, el general Eduardo Lonardi, el mismo jefe que echó a Juan Domingo Perón en septiembre de 1955, les previno a quienes lo sacaban del poder sesenta días más tarde, con la intención de disolver por la fuerza el Movimiento Peronista e intervenir la central sindical, que "sería un procedimiento muy poco hábil, desde el punto de vista democrático, poner al movimiento peronista en la clandestinidad y robustecerlo con la persecución". Pues bien, lo hicieron, y el vasto peronismo, con el tiempo, fue infectado.

Entraron a jugar "los simuladores", como los llamó el jefe del Movimiento, porque en nombre de Perón —a quien despreciaban— intentaron, con diferentes artilugios, terminar con el peronismo. Y años más tarde, en medio del incendio político, social y económico, los que lo echaron lo volvieron a traer para que apagara la hoguera.

América Latina no fue ajena a este fenómeno. También lo sufrió. Ahí están Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Uruguay, entre otros, para atestiguarlo. Como Balbín, el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti reconoció que "sin guerrilla no hay una explicación al golpe de Estado de Uruguay".

Como ha sido mi estilo, todo lo que afirmo está respaldado por documentos desconocidos, buscados en Checoslovaquia, la Unión Soviética, Cuba, Alemania Oriental y la Argentina. A ellos se suman archivos particulares de personajes de la época, también inéditos. Eso no es todo: conté para este largo relato con la confianza y la sinceridad de viejos militantes de la izquierda radicalizada. Aquella que prefirió el lenguaje de las armas. En esos encuentros intentamos reconstruir el pasado, hacerlo comprensible, a pesar de las lógicas diferencias con cada uno los entrevistados. Nadie engañó a nadie: hicimos una reconstrucción en común de nuestra historia, de la peor parte que nos tocó vivir.

Muchos observarán que trato la situación interna cubana. El papel de Fidel, en primer lugar. Luego, el Che Guevara con su fracasada formula: guerrilla-revolución-triunfo-socialismo, sembrando de muerte por donde pasaba. En todos lados, lo mismo, sin reparar en los costos. Hablaba de principios morales mientras fusilaba sin desdén. De no intervencion, mientras se colaba donde podía. Llegó a privilegiar una invasión con extranjeros en su propio país. Ahí está, hoy reivindicado con su imagen en la Galería de Patriotas Latinoamericanos de la Casa de Gobierno. Un mensaje tétrico para las futuras generaciones o una muestra de frivolidad suicida.

Con este libro, cierro una cuestión tratada, parcialmente, en mis anteriores trabajos. Es una deuda de varios años con los lectores: el papel de La Habana en la fratricida guerra argentina y latinoamericana. La que explica como, cuando y quienes la desataron abriendo las puertas a Lucifer. Algunos jefes terroristas dieron a la sociedad la explicación de sus conductas. Los militares también. Falta aun que los hermanos Castro se excusen con todos por tanto daño gratuito. No lo harán. No está en su ánimo. Los tiranos no aceptan errores.

 



martes, 29 de abril de 2014

¿Socialismo o tratado de esclavitud en Cuba? / Yusnaby Pérez **



¿Estamos en el 2014? Debe haber algún error.

Estudiando la Resolución 16/2014 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, asociada a la Ley de la Inversión Extranjera, me hice la misma pregunta varias veces: ¿Estamos de vuelta a 1850, en plena era del esclavismo? La Resolución indica que el trabajador (o “fuerza de trabajo” como se denomina) no es más que un insumo adicional a considerar en la productividad de nuestro país, con el que se comercializa y se dispone sin que tenga voz ni voto en el proceso.

Para empezar, el trabajador que quiera emplearse en una empresa extranjera, lo primero que tiene que hacer es firmar un contrato con una entidad empleadora estatal, intermediaria, quien se encarga de buscarle un puesto de trabajo.

En todo el proceso de contratación, la opinión del trabajador no se toma en cuenta. La entidad estatal reclutadora es quien asigna el puesto de trabajo al empleado, y quien pacta, con la parte extranjera, el salario; al igual que las condiciones de promoción y de “estimulación”. La Resolución da a entender que el sindicato sí participará en las negociaciones entre entidad estatal y extranjera, pero como se sabe, los sindicatos en Cuba son estatales y los derechos que defienden no son precisamente los de los trabajadores; de hecho, los grandes promotores de despidos en Cuba son los propios sindicatos.

La oportunidad de prosperar para un trabajador cubano en una empresa extranjera es reducida. Los sueldos serán en pesos cubanos no equivalentes al dólar y se determinarán a partir de la escala de salarios que se pacte. Ésta considerará la establecida actualmente y en la que el salario máximo es de 650 pesos al mes (unos 26 dólares).

Anteriormente, los que trabajaban para empresas mixtas sobrevivían gracias al “fondo de estimulación económica”. Este fondo no es más que un dinero extra que le paga directamente el empresario extranjero al trabajador cubano (generalmente en dólares) con el objetivo de estimularle.

La nueva ley dispone que “el fondo de estimulación económica” sólo se le autorizará a “algunas empresas” y el “estímulo” estará sujeto al impuesto sobre la renta (con una tasa del 50% a quien gane más de 170 dólares al mes). No todos los puestos en las empresas extranjeras se contratan mediante la entidad estatal empleadora. La Resolución establece que “la autoridad y órgano facultado” (Ministerio), designará aquellos puestos de dirección, funcionarios y otros que desempeñen ocupaciones para las que se exigen “requisitos de confiabilidad”. Es decir, esos cargos son otorgados a dedo, sin transparencia en su proceso de selección.

¿Cuáles son aquellas ocupaciones que requieren “confiabilidad”? En las empresas mixtas de hoy, los puestos “designados” se conocen entre emigrados extranjeros como “puestos floreros”, con la única responsabilidad real de controlar a los directivos extranjeros (y aquí se entiende lo de “confiabilidad” para el chivateo). Es importante hacer referencia al lenguaje utilizado en la Resolución. Se habla de los trabajadores como si fuera que un señor feudal le presta a otro ganado vacuno: “suministro de trabajadores”, “devolución o sustitución del trabajador”. Los empleados ¿se suministran?, ¿se sustituyen?, ¿se devuelven? ¿Qué son? ¿Materia prima?

Vista con detenimiento la Ley de Inversión Extranjera y la Resolución de Trabajo y Seguridad Social, queda claro que el Gobierno de Cuba no tiene nada de socialista. En un gobierno socialista, el “fondo de estimulación” sería obligatorio para todas las empresas (no sujeto a aprobación) para que los trabajadores puedan beneficiarse de los logros de las empresas. Y por supuesto, los trabajadores jamás estarían ausentes en las negociaciones.

No hay nada más parecido a un tratado esclavista.



              ** http://yusnaby.com/

martes, 15 de abril de 2014

Un BLOGUERO disidente MUESTRA la MISERIA en CUBA



YUSNABY PÉREZ tiene 25 años, un título profesional embargado por el régimen y habilidad suficiente para conectarse a internet sin ser perseguido. Se encarga de difundir imágenes de la isla con una visión crítica

Pérez es bloguero, tuitero, fotógrafo y escritor aficionado. Lleva un año recorriendo las calles de La Habana con su smartphone para mostrar lo que pasa en Cuba con imágenes críticas. Según contó en un artículo de Kienyke, su vida es como la de los demás cubanos; no muere de hambre pero es pobre. Sus tatarabuelos llegaron a la isla desde España. Hizo la escuela primaria, secundaria y el bachillerato en el modelo gratuito y obligatorio. Ingresó a estudiar Telecomunicaciones en la Universidad de La Habana. Se graduó en 2011.

Tras recibir su título, fue llamado por el gobierno de Raúl Castro para que pagara la educación que le habían ofrecido como gratuita. "La educación en Cuba no es gratuita. Es más preciso decir que es de acceso universal. Pero al graduarse, uno tiene que pagarla con tres años de trabajo y un sueldo mínimo, que en Cuba son 9 dólares al mes", denunció. Tener un sueldo de nueve dólares al mes por el sacrificio de su carrera profesional le parecía injusto. Se rebeló y le embargaron su título universitario. Para sobrevivir, aprovechó sus conocimientos universitarios y empezó a diseñar páginas web. "El tema de las páginas web es tan concentrado en Cuba que no es visto como un negocio, así que el Gobierno no me molesta. Les hago páginas web a clientes en La Habana, como casas de alquiler y restaurantes. Como los conocen en el extranjero, su negocio progresa. Varios de esos sitios están en los mejores rankings de Cuba", afirmó.

Ha diseñado unas 40 páginas web, y su trabajo como independiente le ha dejado más ingresos que los que hubiera recibido si hubiera aceptado sumarse a las filas del régimen. Mientras trabajaba diseñó su blog, yusnaby.com, en el que desde hace un año publica las fotos que toma en las calles de la capital cubana.

A inicios de 2013 fue invitado a Europa por su ciberactivismo y adquirió un iPhone. Sobre internet, explica que hasta 2007 el servicio era prohibido para los cubanos. Ahora, aunque es legal, sólo es accesible a través de salas de computación (cibercafés), que cobran 4,5 dólares la hora. El sueldo máximo mensual en la isla es de 20 dólares.

Sin embargo el monopolio estatal de las comunicaciones, Cubacel, sí autoriza acceso a datos para celulares e internet de extranjeros a través de roaming. Entonces durante su viaje a Europa obtuvo un plan de datos que le cuesta unos 50 dólares al mes. Lo paga con su trabajo y donaciones que recibe por su blog. "Es muy caro, pero si lo comparo con lo que pagaría en una sala de internet, pues ahorro mucho".

Algunas de sus fotografías registran el "rebusque" a la cubana. "Existe una economía oculta y existe un gran robo. Si alguien trabaja en un restaurante estatal, puede robarse algo de carne y la vende a una vecina a precios baratos. El maestro puede robar libretas; el enfermero, guantes y jeringuillas; y hasta el periodista, papel, para revender y ganar dinero".

Mucha gente en Cuba depende, para obtener más dinero, de las remesas que les envían familiares exiliados en Miami o residentes en otros países. Incluso, paradójicamente, este tipo de envíos dan más dinero a las arcas de la isla que el propio turismo.

Yusnaby confiesa que hacer oposición en Cuba es difícil, pero como su blog es muy joven, aún el régimen no lo considera una amenaza y por eso no ha sido perseguido. "Sé que me vigilan, escuchan mis llamadas, saben lo que hago, pero hasta el momento no he tenido gran problema con las autoridades cubanas. Si ellos ven que me destaco o puedo ser una amenaza política, entonces ahí si me van a reprimir", afirmó.

Fuente: http://www.infobae.com/2014/04/15/1557516-fotos-un-bloguero-disidente-muestra-la-miseria-cuba
Véase además http://yusnaby.com/category/blog/

sábado, 12 de octubre de 2013

Debaten CODIGO de TRABAJO en CUBA

“Puede afectar conquistas y derechos de los trabajadores alcanzados con la Revolución"

 Desde el 20/7 al 15/10 , en todos los centros de trabajo en Cuba se debatirán las reformas al código de trabajo. José Alejandro Rodríguez en el diario Juventud Rebelde, el 28 de septiembre, expresó su preocupación por que “puede afectar conquistas y derechos de los trabajadores alcanzados con la revolución” y “la maldita herencia de viejos formalismos que tanto nos han lastrado: el pasar por alto, en una aburrida lectoría sin mera preparación y motivación, lo que trasunta esta excepcional convocatoria. Algo así como cumplir un mero requisito, llenar una insulsa acta, y aquí todos contentos”. Desde el grupo opositor Red Observatorio Crítico señalan que en ninguna parte del anteproyecto aparecen resguardos contra la discriminación, no aparecen menciones explicitas a la discriminación por orientación sexual, ni el derecho al trabajo de las personas discapacitadas y seropositivas. El mismo grupo denuncia haber sido hostigado por la policía cubana por debatir las reformas al código de trabajo, en una plaza pública.

No es para asumirlo formalmente, con el aburrimiento de lo preconcebido. El Anteproyecto de Código del Trabajo que se somete hoy a consulta con todos los trabajadores para enriquecerlo con la sabiduría popular, es algo muy serio, que decidirá los principios, el carácter y los alcances de las relaciones laborales en la Cuba del siglo XXI.

AUNQUE POCO SE HA FILTRADO AÚN DE LOS APORTES Y TENDENCIAS MÁS RECURRENTES EN SU DISCUSIÓN EN LOS COLECTIVOS DEL PAÍS, EL PROCESO DE ANÁLISIS SE MUESTRA NADA LINEAL NI HOMOGÉNEO, COMO REFLEJO DE UNA SOCIEDAD QUE SE DIVERSIFICA, EN TIEMPOS DE CAMBIO.

Entre esos matices, no podía faltar en ciertos sitios la maldita herencia de viejos formalismos que tanto nos han lastrado: el pasar por alto, en una aburrida lectoría sin mera preparación y motivación, lo que trasunta esta excepcional convocatoria. Algo así como cumplir un mero requisito, llenar una insulsa acta, y aquí todos contentos.
Pero allí donde se sopesó la trascendencia de este «parlamento obrero» —a la usanza de aquel aluvión democrático de los años 90 del pasado siglo—, se están generando controvertidos debates en torno al papel del trabajo en nuestra sociedad, las relaciones empleador-empleado, los desafíos que tiene el sindicato en medio del proceso de cambios que registran la economía y la sociedad cubanas, y los derechos y deberes de los trabajadores, entre otros tópicos que necesitan una relectura y actualización.

A nadie le es ajeno en este proceso de análisis que, tal como se delinean los cambios en el país, en consonancia con los Lineamientos Económicos y Sociales del Partido y la Revolución, vamos dejando atrás el acendrado paternalismo estatal que tanto acomodó a las personas a esperarlo todo de arriba. Pero, en la propia discusión del Anteproyecto, se vislumbran preocupaciones en cuanto a que esta excesiva sobreprotección que hoy se revierte, vaya a dar el bandazo —característico en Cuba— de afectar conquistas y derechos de los trabajadores alcanzados con la Revolución, y facilitar concepciones tecnocráticas.
Otra inquietud, que comparte este redactor, es que con la diversificación de formas de propiedad y de gestión, la reaparición de empleadores privados, una suerte de patronos redivivos, vaya a dar al traste con ciertos derechos de los trabajadores en la práctica cotidiana, más allá de la legislación y las normativas que puedan preservarlos de palabra.

También hay que meditar profundamente que con la tan ansiada descentralización de la empresa estatal, y la toma de decisiones allí abajo, algo tan saludable para la economía y para la democracia, pueden producirse injusticias y decisiones arbitrarias que solo los controles sistemáticos y un sindicato fuerte y representativo puedan neutralizar.
Estamos delineando, con el aporte de todos, el principal cuerpo legal en materia de trabajo del país. Y no podemos soslayar que, con el aún vigente Código del Trabajo que será reformado, se registran muchos quebrantamientos de la legislación laboral, indisciplinas y violaciones que no siempre encuentran un desenlace justiciero riguroso por parte de las instituciones.

Por lo tanto, podremos enriquecer el Anteproyecto, y aprobar en nuestro Parlamento, el Código del Trabajo más avanzado y abarcador; pero, si no lo hacemos cumplir en la vida cotidiana, habremos perdido la batalla en la construcción de nuestro modelo de socialismo. Ahí nos va todo.

En tal sentido, un horizonte de descentralización y diversificación, un país que cada vez más se gestará mucho más desde abajo, requiere de un movimiento sindical muy fortalecido y protagónico, que, como Lázaro Peña preconizó, estuviera al lado de la Revolución, pero en su rol de contrapartida, defendiendo los derechos de los trabajadores, y no en papel de segundones de la administración. Un sindicato que logre el verdadero empoderamiento de los trabajadores mediante diversas formas participativas más allá de palabras y meras intenciones, en la dirección y el control de la gestión estatal y pública, y en la extirpación del maldito burocratismo y autoritarismo que tanto nos frena.

Si se ha convocado a debatir masivamente el Anteproyecto de Código del Trabajo, es porque nadie puede arrogarse la última palabra sobre tema tan cardinal. Y porque la verdad se construye mejor entre todos. Mucho nos enseñó el debate popular de los Lineamientos, que dejó un sendero y un estilo de la democracia de alcances aún insospechados para nuestro socialismo.

No le temamos a las discrepancias en el análisis del Código del Trabajo. De ahí saldrá la luz que no dejará apagar el socialismo cubano.

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