Al Papa Francisco, muchos de estos cuestionamientos ya
se los hice a través de una carta abierta que me costó que los kirchneristas me
atacaran en forma salvaje, pero que, me dio la máxima satisfacción profesional
de mi vida: el Papa me llamó por teléfono y me escribió un correo valorando mi
trabajo y agradeciendo mis críticas serenas y constructivas. Por vías distintas
el Papa me hizo llegar dos bendiciones y su último libro dedicado
especialmente. Todo eso lo agradezco. Pero para ser absolutamente honesto
intelectualmente y para cumplir con el pedido del Papa de hacer lío, debo decir
una vez más que me cuesta entender, me duele y
me desilusiona profundamente el rol que Bergoglio está cumpliendo en la Argentina.
En su momento, ya expresé que les había concedido demasiados privilegios
políticos a Cristina y su séquito. Que les dio un trato preferencial y les
permitió que lo utilizaran electoralmente cuando llevaron a un candidato para
una foto que luego convirtieron en afiche y que exhibieran una camiseta de La
Cámpora.
Algo parecido pasó con la bendición que le envió a Milagro Sala, que está detenida por haberle robado el dinero a los pobres de Jujuy.
Los sucesos preocupantes se van acumulando. Margarita Barrientos una santa de la solidaridad popular contó con mucha tristeza que Francisco no la recibió y que en ese mismo momento estaba saludando a Estela Carlotto, la Abuela de Plaza de Mayo. Tal vez hubo un error de protocolo. Eso también sería grave. Pero ameritaría una disculpa formal del Vaticano que hasta ahora no llegó. Solamente hubo un trascendido anónimo y poco creíble.
El trato frío y distante que Francisco le dio al flamante presidente Mauricio Macri fue otro dato clave. En aquel momento titulé mi columna de radio Mitre: “Una sonrisa por el amor de Dios”. Macri fue despachado en 23 minutos, con caras estudiadamente serias pese a que se trataba de un jefe de Estado elegido democráticamente. Bergoglio como Arzobispo de Buenos Aires tuvo un trato respetuoso y cordial con Macri que fue durante 8 años fue jefe de Gobierno de la Ciudad. El contraste era muy fuerte con un gobierno nacional que persiguió a Bergoglio. Lo hicieron espiar por Antonio Stiuso, sacaron los festejos patrios de la Capital y lo definieron, como lo hizo Néstor Kirchner, como el jefe de la oposición que muchas veces se convierte en un diablo vestido con sotana.
El titular de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, recibió institucionalmente a Fernando Esteche, comandante de Quebracho, y a Luis D'Elía. Se trata de dos personajes que fomentan la violencia. Esteche lidera los escuadrones que desfilan con las caras tapadas y palos y bombas molotov y de hecho estuvo preso por incendiar la casa de Neuquén en Buenos Aires. D’ Elía tomó una comisaría, trompeó a un productor agropecuario y encima no se le cae la palabra fusilar de la boca. Ambos son los dirigentes que más defendieron a Hugo Chávez y su régimen autoritario y con presos políticos por los que el Papa nunca reclamó y a Ajmadinejad, el líder iraní que niega el holocausto.
Hace unas horas, el sacerdote católico Eduardo de la Serna propuso que el presidente Macri tenga la dignidad de renunciar pese a que asumió hace 150 días. La cúpula de la iglesia se entrevistó con Macri por otros temas y le dijo que De la Serna era un cura marginal, que no reflejaba el pensamiento oficial eclesiástico. Puede ser. Pero a expresiones públicas se les responde con expresiones públicas y no con secretos en reunión, que es mala educación.
A veces, medio en broma y medio en serio, pienso cuanto falta para que el Papa Francisco reciba a Lázaro Báez. O se estreche en un abrazo con Aníbal Fernández, al que bajo cuerdas acusaba de favorecer el narcotráfico o con Horacio Verbitsky, que fue el que denunció a Bergoglio por entregar curas a las catacumbas de una dictadura que los hizo desaparecer. ¿Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma?, decía la vieja canción combativa de Quilapayún. Por lo pronto una antigua amiga del Papa como la diputada Elisa Carrió dijo que como cristiana siente vergüenza ajena de que el Papa no haya recibido a Margarita Barrientos y que gracias a Dios, siempre se negó a ir al Vaticano.
Yo me pregunto lo mismo. ¿Qué dirá el Santo Padre de todo esto? Por lo pronto, con todo respeto, me dedico a no callar estos temas inquietantes y a poner el grito en el cielo. Dios proveerá.
Fuente: http://www.clarin.com/politica/doloroso-Papa-Francisco-cumple-Argentina_0_1576642476.html