"Mataban al azar y coleccionaban los dedos de los muertos como trofeos", escribió el diario británico The Guardian en base a una investigación del caso, reflejada también por Army Times. Los acusados decían a sus superiores que los civiles afganos eran "terroristas peligrosos" que los "amenazaban".
Según la revista Army Times, al menos dos militares coleccionaron dientes y hasta un cráneo como "recuerdo" , y algunos de ellos se fotografiaron junto a los cadáveres.
Los cinco militares del llamado "equipo asesino", liderado por el sargento Calvin Gibbs de 25 años corren ahora el riesgo de recibir la pena capital por haber asesinado a tres hombres afganos por "diversión", en "ejecuciones al azar" durante este año. Los otros siete militares encubrieron los homicidios y golpearon a un recluta que denunció los crímenes.
Se trata de las acusaciones más graves por crímenes de guerra cometidos por las fuerzas internacionales en Afganistán.
Según los investigadores, Gibbs y sus hombres de una unidad de infantería con base en Ramrod habían comenzado a hablar de los asesinatos de civiles en noviembre del año pasado.
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